sábado, 17 de marzo de 2012

La alegría en el servicio de María

 
 
Ya que Dios nos deja servir María, vivamos con alegría. Como también cuando nos empeñamos en que las criaturas sean buenas… Yo creo que para conducir las almas sólo hemos de procurar amar a Jesús y María, que todo lo demás viene por si sólo. Pero, ¡qué buena es Nuestra Santísima Madre y qué tontos somos nosotros que nos preocupamos por otras cosas y llegamos incluso a entristecernos!

En la medida en que nosotros vivamos en María y por María en Jesús, se cumplirá en nuestra vida aquello de San Pablo “Estad siempre alegres en el Señor” (Fil. 4,4). Miren, es tan verdadero esto que un santo Padre, Clemente de Alejandría, llegó a creer que Jesús, como vivía siempre en el Padre, no pudo sufrir. Tenía, sí, lo que causa el sufrimiento, pero El no sufría porque estaba totalmente en el Padre. Esto es falso, porque el Señor ordenó las cosas de manera que pudiera sufrir inefablemente; pero el principio es verdadero.

Les pido de todo corazón e insistentemente que amen a Nuestra Santísima Madre. Y que la puedan amar de aquella manera que es gozar. Ya saben que hay dos manera de amar, amar gozando y amar sufriendo. Ella a nosotros muchas veces nos ha de amar con aquel amor que nos es gozo. Por lo mismo si alguna vez quiere que la amemos con el otro amor, que es dolor, de ninguna manera lo rehusemos.

Amen a Nuestra Santísima Madre y hagan aquello que es más importante aún. ¿Han adivinado qué es aquello más importante que amar nosotros a María? Pues quedarnos boquiabiertos al pensar que Ella nos ama. ¡Ella a nosotros!!!! “Como uno a quien su madre le consuela” (I. 68, 13) Sí, así nos lo dice la Iglesia: nos hace caricias, como una madre a los niños pequeños. Créanme, háyanse niñas muy pequeñas, para que Nuestra Santísima Madre las pueda tratar como tales.

Quería inculcar que tomasen como tarea de toda la vida: portarse de tal manera que el Carmelo pueda ser amado por Jesús y María con verdadero amor de complacencia.

Bartolomé Xiberta, O. Carm., in “Fragmentos Doctrinales”, p. 176-177

sábado, 10 de marzo de 2012

La oración ha de ser muy madrugadora




La palabra “preocupemos faciem eius” (Sal. 94,2) quiere decir: anticipemos su faz. Pues bien, Dios nuestro Señor nos muestra la cara con sus beneficios; por eso en un texto de la Escritura dice: “La espalda, y no la cara, les mostraré”, amenazando con grandes castigos (cf. Jr. 18,17).

Ahora, cada día, a la salida del sol, es como si Dios nuestro Señor volviese a derramar sus beneficios, que estaban como detenidos durante las tinieblas de la noche; entonces, anticipar su faz en su alabanza es una exhortación a la diligencia, a comenzar muy pronto nuestra jornada de alabanza. Que no sean los pajarillos los primeros en alabar a Dios, sino nosotros.

En la carta de la Hermana he aprendido un pensamiento que no se me había ocurrido: toda la vida es un ensayo del cielo. ¡Aprender ya aquí lo que haremos en el cielo! El Oficio Divino es aprender cómo cantaremos por toda la eternidad el trisagio de Isaías (Cf. Is. 6,3) y el cántico nuevo del Apocalipsis (Ap. 14, 39. La meditación es aprender a estar embobados ante la faz de Dios.

Por eso, el Oficio Divino no está bien rezarlo según el mínimo precio para cumplir la obligación; hemos de aprender a rezarlo con toda solemnidad y elegancia, que lo conviertan en una verdadera delicia.

Bartolomé Xiberta, O. Carm., in “Fragmentos Doctrinales”, p. 275-276

viernes, 24 de febrero de 2012

Oración de la presencia de Dios



A cambio de todos nuestros sacrificios, Dios nuestro Señor nos tiene prometida su visión por toda la eternidad. Mientras tanto el premio ya se nos adelanta en la posibilidad de vivir en la presencia de Dios.

Mire, sobre lo que me pregunta de la oración, creo que la respuesta ha de ser que cada uno se deje llevar por el Espíritu Santo, que inspira las almas como quiere (cf. Jn. 3,8). A mí lo que me resulta mejor es esto: mirar a Jesús, tal como es, por tanto con su Humanidad y después mirar como cae sobre El toda la plenitud de la Divinidad, asimismo respecto a Nuestra Santísima Madre. Pero sí que conviene no dejar el aspecto humano, que El tomó justamente para acercarse a nosotros.

Oración de la buena es la que consiste en ponerse por frente a Jesús y María, y no por vía imaginativa, sino por vía de fe. Fijar las potencias allí donde realmente está Dios nuestro Señor y entonces se continúa en su presencia, según El disponga, y ejercitar la fe de manera que nos encontremos bien delante de Dios nuestro Señor.

¡Encuentro tan hermoso el cruzarse de brazos y no hacer nada, sólo mirar el Sagrario, el cielo azul, las imágenes, el Santo Escapulario, y darse cuenta de cómo Jesús y María nos aman, y dilatar el corazón y respirar hondo…!

El Carmelo no puede ofrecer a las almas que El se dan otra cosa que la oración constante. La única queja razonable que podría hacer una alma entrada en el Carmelo es la de no hallar ambiente de oración.

Bartolomé Xiberta, O. Carm., in “Fragmentos Doctrinales”, p. 267-268

viernes, 10 de febrero de 2012

Lo importante es caminar hacia la perfección



No tenga prisa por llegar a la perfección. Es que a la perfección  no llegaremos sino en el cielo. Ahora es cuestión de de caminar hacia ella.

Como es inherente a nuestra naturaleza tener defectos, respectemos a cada uno (y a nosotros mismos) su defecto y tendremos mucho ganado para la paz exterior.

Todas las perfecciones que hay en nosotros, sobre todo las sobrenaturales, son trocitos de la perfección divina, la misma de Dios; como toda la claridad que hay en la tierra es de la luz del sol.

Cuando Dios crea las almas les señala el término al que  habrían de llegar, pero esto nos es límite, sino más bien altura, pues se trata de de participar en las perfecciones divinas. Se trata más de calidad que de cantidad.

Bartolomé Xiberta, O. Carm., in “Fragmentos Doctrinales”, p. 93-94

viernes, 3 de febrero de 2012

Presentació del llibre “La eclesiología del P. Bartolomé Xiberta (1897-1967)”


El P. Manuel Bonilla Gutiérrez, O. Carm., Prior Provincial dels Carmelites de Catalunya i Edizioni Carmelitane de Roma

us conviden a la presentació del llibre del Dr. Mn. Josep M. Manresa:

La eclesiología del P. B. Xiberta (1897-1967)
El “Redescubrimiento” de la Iglesia como “La Obra de Cristo”

Intervindran el Bisbe de Terrassa, Mons, Josep Àngel Saiz Meneses,
el Prior General dels Carmelites, P. Fernando Millan Romeral, O. Carm.,
Mn. Salvador Pié i Ninot, professor d’Eclesiologia a la Facultat de Teologia de Catalunya,  i el P. Giovanni Grosso, O. Carm., director de Edizioni Carmelitane.

L’acte tindrà lloc divendres 10 de febrer de 2012 a les 19.00 h., a la sala Mont Carmel del convent dels Pares Carmelites de Terrassa (carrer Francesc Salvans, xamfrà amb avinguda Abat Marcet).