sábado, 26 de noviembre de 2011

Estar con Jesús, esto sólo basta



Lo que me cuenta es estar con El: esto sólo basta. Especialmente en la meditación, creo que el mayor esfuerzo no debe ser el de combinar bien los pensamientos, sino el de fijar la mirada en Jesús. Una vez una novicia hacia esta reflexión: ¿Por qué no dejar la meditación para otro rato a fin de que podamos dedicar toda la hora de la oración a estar con Jesús?... Creo que tenía razón.

La cosa verdaderamente importante es darnos cuente de que Jesús está allí. Ciertamente está allí, a nuestro lado, como Dios que ocupa todo lugar; en su Humanidad está también allí, a poca distancia, en el Santísimo Sacramento. Y nosotros tenemos la suerte de estar con El sin que otra ocupación nos estorbe. Salga de El la iniciativa de hablar o de callar. (…)

¿Sabe por qué Jesús y María aman tanto a V. C., como también a mí? Porque tienen tesoros infinitos de  misericordia y buscan almas necesitadas de ella, donde poder ejercerla. Esto debe animarnos, porque el hecho de ser nosotros tan miserables (si somos humildes) no cerrará nunca la fuente de la misericordia sino que la hará manar más abundantemente.

¡Un año en el Carmelo! Piense si puede contar las gracias recibidas, y si estas gracias son menores por el hecho de que el Señor se ha complacido en llevarla ordinariamente por el camino de la aridez. El mismo día de la Purificación de María cumplí treinta y ocho años de Profesión Solemne; he cumplido ya cuarenta y ocho años de vida en el Carmelo. Ayúdeme, por favor, a pedir perdón por tantas infidelidades, y a dar gracias por tanta misericordia.

Bartolomé Xiberta, O. Carm., “Cartas desde el Carmelo”, p. 436-438

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